Sin Redundar

Columna Periodística -Por Carlos Avendaño.-

No votes por esta farsa electoral sobre el poder judicial. Yo no pienso regalar mi dignidad ni ser cómplice de esta farsa. No voy a validar con mi voto, una elección que nació muerta: la de jueces, ministros y magistrados, al mejor estilo de tómbola disfrazada de democracia. No voy a votar nunca jamás, y espero que millones de mexicanos más, tampoco lo hagan. Que esta simulación quede exhibida como lo que es: un capricho autoritario disfrazado de participación ciudadana. El régimen quiere presumir una legitimidad que no tiene. Pues no la debe de tener. Lo único que se llevará es el deshonroso récord de la elección con la participación más baja en la historia electoral de este país. ¿De qué sirve votar si la trampa ya está tendida desde que decidieron reventar la Constitución para imponer este circo? Esta no es una elección, es un fraude anunciado. Además, es un derroche de dinero que insulta al colectivo ciudadano. ¿Cuánto nos va a costar esta mascarada? ¿Cuántas medicinas podrían comprarse con este dinero? ¿Cuántos hospitales podrían tener los insumos básicos que hoy les hacen muchísima falta? ¿Cuántas escuelas podrían recibir un mantenimiento digno? ¿Cuántas patrullas podrían recorrer nuestras calles asoladas por la violencia? Mientras tanto, allá arriba se entretienen jugando a la democracia con el Poder Judicial. Quieren que el ciudadano elija a quienes son los más populares, no los que deberían de ser los más capacitados. ¿En serio creen que se puede escoger a un juez como a quien elige al campeón de un Reality Show? No, señores. Los ministros, magistrados y jueces, deben demostrar su experiencia, su carrera, su ética y su conocimiento profundo sobre el derecho. No pueden ni deben salir de una tómbola ni de una papeleta electoral. Esto es justicia, no un concurso de simpatías. No me pidan que participe en su circo, no me pidan que aplauda mientras destrozan lo que queda de las instituciones. Este 2025, no votes por esta farsa electoral sobre el poder judicial. Haz que el vacío en las urnas grite más fuerte que cualquier boleta. Haz que el silencio de millones pese más que su propaganda. El abstencionismo no es apatía, es una resistencia…

Corrupción con sello 4T: medicina amarga y contratos millonarios. Y sigue saliendo pus. No es una metáfora, es literal: pus de la corrupción gangrenada que supura del “gobierno más honesto de la historia”. Porque mientras miles de pacientes en México morían sin quimioterapias ni paracetamol, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador repartía casi 1,200 millones de pesos en contratos sin licitación para medicamentos… con precios inflados hasta un 885%. Según reveló Animal Político, el dinero fue a parar a dos empresas ligadas a Aldo Díaz Pérez, un personaje con credenciales impecables en el manual de la Cuarta Transformación: exfuncionario de SEGALMEX, esa mina de oro donde se “perdieron” —porque decir robaron parece feo— más de 17 mil millones de pesos, y socio del yerno de Rocío Nahle, la recién estrenada gobernadora de Veracruz y ex secretaria de Energía. Porque en la 4T, el verdadero plan familiar no es el de Bienestar, sino el negocio en red. Mientras tanto, hospitales públicos cerraban farmacias por falta de abasto, y los padres de niños con cáncer organizaban marchas para rogar por medicamentos. Eso sí, desde Palacio Nacional les decían que todo era parte de un “complot mediático”… mientras las farmacéuticas favoritas del gobierno triplicaban, cuadruplicaban, hasta octuplicaban precios por pieza. ¿Quién necesita una pandemia cuando tienes este nivel de saqueo? Y como cereza en el pastel podrido, los contratos fueron asignados sin licitación. Porque nada dice “austeridad republicana” como adjudicar recursos públicos a dedo, entre cuates, familiares y socios de funcionarios. Transparencia, sí, pero de la envoltura del billete. ¿Algo más? Pues sí: la impunidad absoluta. Ni Rocío Nahle, ni Aldo Díaz, ni ningún miembro del gabinete de AMLO ha tenido que rendir cuentas. Porque aquí la justicia se aplica con criterio político: si robas desde la derecha, eres corrupto; si robas desde la 4T, eres víctima de un linchamiento mediático. En resumen, la transformación sí fue de fondo: transformaron la corrupción tradicional en una corrupción blindada por el discurso, el cinismo y la propaganda…

¡Qué bárbaro el alcalde Carlos Manzo! Le echó más valor que muchos senadores y gobernadores juntos… y sin chaleco antibalas. En un país donde la mayoría de los políticos le aplauden hasta los bostezos a la presidenta Claudia Sheinbaum, le salió un alcalde independiente que no sólo le levantó la voz, sino que le lanzó un reto tan directo como una patada al ego presidencial: “si logras pacificar Uruapan sin un solo disparo, yo renuncio”. ¡Tómala! Esto no es solo un acto de valentía, es una bofetada con guante blanco (pero sin subsidio federal). Manzo le dijo, con todas sus letras, que la estrategia de abrazos y no balazos suena muy bonita en el discurso, pero en las faldas del cerro, donde los criminales se pasean como dueños del rancho, no funciona ni con rezos ni con powerpoints. Y sí, que el secretario Harfuch –el todopoderoso de la seguridad 4T– se vaya a limpiar los cerros como si fuera brigadista de CONAFOR, porque allá no hay mañanera que valga. Lo que hay son extorsiones, balaceras y aguacateros pagando cuotas más altas que sus impuestos. Que Carlos Manzo sea ex-Morena, renegado, y además independiente, no lo hace un enemigo, sino un espejo. Uno que refleja lo que pasa cuando los discursos de Palacio se estrellan contra la realidad de los municipios abandonados. Así que, mientras la presidenta promete pacificación sin violencia y presume su “mujer universal” y “gran estadista”, en Uruapan le responden: “bájale a la poesía y súbele al operativo”…

Régimen PRIMOR aniquila régimen PRIAN. El lopezobradorismo ha logrado lo que parecía imposible: revivir el viejo modelo de poder del PRI, pero con camiseta nueva y discurso “transformador”. La afamada reforma judicial, no es más que una réplica del presidencialismo clásico: el presidente al centro, su partido como maquinaria y el pueblo convertido en masa. Nada nuevo, solo reciclaje del PRI de los ex presidentes: Obregón, Cárdenas y Alemán, pero en versión 4T. El Poder Judicial reformado por la mayoría de MORENA, con candidatos oficiales alineados al discurso facilón de la justicia social, pero sin autonomía real. Una corte restaurada, sin rubor y sin simulaciones, subordinada al poder presidencial, tal como en los “buenos” tiempos del PRIAN. Haya o no votantes este domingo, la estructura de MORENA ya legitimó el proceso. La justicia vuelve a ser instrumento del poder y no contrapeso del estado. Y lo más grave: Los nuevos jueces y ministros, no le deben nada al pueblo. No hubo campaña, ni debate, ni compromiso alguno con las necesidades sociales. El sistema funcionará hasta que colapse bajo el peso de su propia perversión. En resumen: misma injusticia con distinto color. Así la democracia judicial, al estilo PRIMOR que aniquiló al PRIAN…

Sin Redundar y diciendo las cosas tal y como son. Suyos los comentarios estimados lectores…

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